El rojo es un color dominante, vivo y para nada discreto. La cantidad de rojo que se utiliza en una fachada puede marcar una gran diferencia en la apariencia general del hogar y su integración con el entorno. Veamos cómo usarlo.
Actualizado el 19 de julio de 2024 - Escrito por Pablo
Si escoges el color rojo en exteriores y fachadas seguramente tendrá un impacto significativo en la percepción y la estética de tu casa. Este color vibrante y llamativo se destaca por su intensidad y los efectos visuales que general.
A continuación destacamos algunos de los principales efectos del uso del rojo en exteriores:
Con todas estas características queda claro que color de pintura rojo no es para todos. Y no todas las casas pueden verse bien pintadas con estos tonos.
Si aún estás de acuerdo que podría ser el próximo color de tu casa, te mostramos algunas maneras para que verdaderamente se luzca en tu hogar.
Los especialistas de la marca de pinturas Comex nos recomiendan una técnica para combinar los colores de casa con resultados equilibrados y armoniosos. Se trata del sistema Combina 3C, el cual sugiere usar 3 tonalidades en distintas proporciones: un 60% de un color predominante, un 30% de un color intermedio y, por último, un 10% de un color de acento.
Basándonos en esta técnica, podríamos usar el rojo de manera equilibrada y combinado con otros colores, todo para evitar abrumar en el diseño de la vivienda.
Planteamos el caso de usar el rojo de 3 maneras distintas: como color predominante, como color secundario y como color de acento. Veamos las ventajas de cada situación y cómo hacerlo del modo adecuado.
Estamos hablando de pintar en este color la mayor cantidad de superficie de una vivienda. Realmente pintar gran parte de la fachada de rojo puede resultar abrumador y demasiado llamativo. En este caso es importante considerar cuáles serán los tonos de pintura más adecuados. Algunos de ellos podrían ser rojo vino, granate o terracota, y evitar las tonalidades más estridentes.
Además, los colores que acompañan en menor medida deben ser neutros y discretos para equilibrar su impacto. La gama de grises y el blanco son las opciones más indicadas. También arena, café y negro.
Cuando usas de esta manera un color vibrante se crean efectos visuales muy llamativos y dinámicos. Combinar el rojo con colores contrastantes permite destacar elementos específicos y crear un impacto visual. Por ejemplo, pintar un muro especial, o una saliente o un entrante de la fachada de color rojo.
Este recurso es muy utilizado en viviendas de construcción moderna de diseño contemporáneo y de líneas sencillas. El rojo puede contrastar bien con el blanco, el gris suave o el beige pastel.
Y como tercer ejemplo te planteamos la posibilidad de usar el rojo en menor medida, para resaltar detalles arquitectónicos menores, también puertas, ventanas, molduras, columnas o barandas. Un modo sencillo de dar un toque de vitalidad, pero para nada abrumador.
Aquí está la posibilidad de usar tonalidades rojas más intensas o saturadas para destacar estos detalles. Tonos como el bermellón o el carmesí pueden lucir muy interesantes y atractivos.
Más allá de todo lo dicho, la cantidad de rojo también dependerá de otros factores, como el estilo arquitectónico de la casa, pero también el entorno en el que se ubica. Como ejemplo podemos ver que en áreas urbanas se suele usar el rojo de manera más discreta, destacándose de igual manera. Por otra parte, en zonas rurales, con mayores espacios abiertos y naturales, existe mayor libertad en el uso de colores vibrantes sin miedo a que resulte abrumador. Te recomendamos siempre combinar con los colores adecuados para mantener un buen equilibrio.