Veamos cómo usar el color verde en paredes y en toda la decoración, sus sensaciones y estímulos, combinar el color verde con otras tonalidades, a través de su gran variedad de tonos.
El verde, en toda su amplia gama de colores, es usado en todo tipo de ambientes generando diversos climas según su tono, luz e intensidad. Esto hace que combinar color verde no sea una tarea sencilla, pero con cientos de posibilidades.
Antes la gente no se atrevía con tonalidades fuertes o alegres, y el famoso «verde agua» ha generado auténticos desastres. Ahora, que se han puesto de moda otras tonalidades del verde, gusta mucho más. El verde pistacho, el manzana, el aguacate, el oliva… son verdes mucho más alegres y que dan unos interiores mucho más personales y llenos de vida.
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Es un color relajante y refrescante que induce sensaciones de serenidad y armonía. Está íntimamente relacionado con todo lo sano y natural, por ello se emplea como símbolo de la naturaleza.
Es uno de los colores más amigables para la vista produciendo sensaciones de tranquilidad y equilibrio. Según la psicología del color, una habitación verde incentiva a la introspección y a la creatividad a sus ocupantes.
«Si el verde asciende al amarillo, cobra vida, juventud y alegría; con la mezcla de amarillo entra en juego una fuerza activa, … mediante la intervención del azul, adquiere un nuevo matiz: se hace grave y pensativo.» Vasily Kandinsky
Ejemplos de verdes cálidos: manzana, lima, verde pistacho
Entre los colores cálidos y fríos se abre una extenso abanico de posibilidades adecuadas para cada estilo y gusto en especial. En este sentido las tonalidades cálidas otorgan dinamismo a los espacios haciendo que luzcan juveniles y luminosos. Los verdes cálidos, es decir los que se encuentran más cercanos al amarillo, generan ambientes iluminados y dinámicos. Estos verdes alegran la vista sin cansarla.
Un dormitorio infantil, en pistacho o verde manzana combina con rojo o naranja. En una cocina, la fórmica de alto brillo queda fenomenal en verde pistacho. En el baño, hay alicatados en verde que quedan fantásticos y combinado con blanco, da sensación de frescura.
Ejemplos de verdes frescos: menta, jade, verde azulado
Dentro de la paleta de colores verdes también se encuentran aquellos más cercanos al azul. Los verdes fríos o frescos reflejan serenidad, calma y elegancia. Usándolos en la pintura y en la decoración de ambientes, el resultado es más fresco y elegante que las opciones anteriores.
Te recomendamos combinar el color verde fresco con tonalidades naturales suaves, como el blanco roto, perla, beige o arena. También es posible acompañarlos con verdes amarillentos, dorados y maderas claras para generar un agradable contraste.
Ejemplos de verdes suaves: verde menta, aguamarina, claro
El «verde agua» y todas las tonalidades suaves carecen de carácter y mal combinadas pueden resultar en ambientes sosos y sin vida. Es aquí donde podemos tener muy en cuenta los colores de los que se acompaña para crear un espacio armoniosos y a la vez agradable.
Si estás usando un tonalidad de verde suave se supone que es para favorecer a la luminosidad, entonces qué mejor compañía que el blanco, y sus variantes. Techos, puertas y ventanas, muebles, sofás, tapizados, alfombras, distintos elementos de un ambiente que pueden vestirse de blanco cuando se usa el verde suave en las paredes.
Ejemplos de verdes neutros: cemento, seco, verde salvia
De la misma manera los verdes agrisados, o insaturados, son una opción tranquila que pinta las paredes alejándose de las coloraciones verdes intensas, pero manteniendo sus bondades. Mucho más calmos que las opciones anteriores, crea espacios elegantes, cálidos e íntimos, especial para decoraciones rústicas y clásicas.
Son aptos para cualquier estancia de la casa, desde un dormitorio principal, en un oliva muy seco y con complementos en blanco y morado. Hasta la sala, o un estudio u oficina, acompañados de grises suaves y hasta negro.
Ejemplos de verdes oscuros: militar, petróleo, verde oliva
Combinan bien con un sinfín de colores, todo depende del efecto que queramos conseguir. El verde oliva con marrón o con morado resulta muy elegante. Todos ellos combinan muy bien con el gris. Son amigables a beige, grises, y lucen especial con el blanco.
Para crear un acento de color puedes usar tonalidades verde intensas en almohadones, cortinados, estampados, lámparas y complementos decorativos. Otros tonos aptos para destacar son el suela, café, naranja, color turquesa y otros.