
Paleta de colores cálidos para interiores: ideas y combinaciones
Con una paleta de colores fríos bien equilibrada, puedes crear ambientes modernos, relajantes y sofisticados en tu hogar. La clave está en combinarlos adecuadamente con otros tonos y aprovechar la iluminación para resaltar sus cualidades.
Actualizado el 24 de abril de 2025 - Escrito por Pablo
No hay duda de que los colores influyen en la percepción de los espacios interiores. En particular, la paleta de colores fríos transmite calma y frescura, además de aportar una sensación de amplitud.
Te invito a descubrir cuáles son los colores fríos, cuáles son sus efectos y de qué manera puedes aplicarlos en distintos ambientes de tu hogar.
Los colores fríos son aquellos que se encuentran dentro la gama de verdes, azules y violetas.
En este grupo se incluyen desde los azules pastel hasta los más oscuros como el azul marino, también los verdes con matices azulados, como el color turquesa y el esmeralda, y los violetas más cercanos al azul, como el lavanda y el malva.
Estos tonos transmiten sensaciones de frescura, calma y amplitud en los espacios.
Mientras que la paleta de colores cálidos puede hacer que un espacio se sienta acogedor e íntimo, los colores fríos pueden lograr una sensación de amplitud y serenidad, ideal para ciertos ambientes del hogar.
A continuación te presento una sencilla paleta de colores, entre los que encontrarás los más representativos o pupulares. Está claro que toda la gama de fríos es mucho más extensa y está comprendidad por miles de colores y tonalidades.
Los colores fríos pueden hacer que una habitación parezca más grande y aireada. Tonos como los azules pastel o el gris perla pueden contribuir a una sensación de amplitud, especialmente si se combinan con una iluminación adecuada.
En salas o salones, los tonos fríos pueden ayudar a crear un ambiente moderno y relajante. Un azul grisáceo o un verde azulado pueden ser excelentes opciones con un resultado elegante y fresco.
Aplicar colores fríos en la cocina y el comedor puede ser un reto, ya que en exceso pueden hacer que el ambiente se sienta impersonal. Para contrarrestarlo, se pueden incorporar detalles en madera o colores cálidos que aporten equilibrio.
En los dormitorios, los tonos fríos favorecen el descanso y la relajación. Colores como el azul celeste o el lavanda pueden contribuir a un ambiente tranquilo, claro que un toque de encanto propio de estos tonos.
Para evitar que un espacio se sienta demasiado frío, siempre debes combinar estos colores con tonos neutros como beige, gris claro o la paleta de colores blancos. De esta manera lograrás un equilibrio perfecto.
Además de lo anterior, agregar acentos en colores cálidos, como cojines en tonos mostaza o madera natural en los muebles, aportará el contraste y calidez sin perder la esencia refrescante de los colores fríos.
La iluminación afecta directamente cómo se perciben los colores fríos.
En espacios con luz natural, los tonos fríos pueden verse más brillantes y vibrantes, mientras que con luz artificial pueden adquirir una tonalidad más apagada. Es recomendable probar diferentes fuentes de luz para lograr el efecto deseado.